Sigan jugando con las letras, nos vemos.
sábado, 27 de octubre de 2018
jueves, 25 de octubre de 2018
Duplicada en la AAS
Tarde de encuentro en la AAS, con Claudia Amaral y Rogelio Ribas.
Tomado del blog AAS
Fotos: Daniela Gutiérrez Ortega
sábado, 20 de octubre de 2018
Práctica Innovadora en la Enseñanza
Práctica Innovadora en la Enseñanza - Aprendizaje de Estudiantes de Medicina
Autores: Meichtry, Selva Graciana; Bordet, Agostina Sofia; Cevey Fiorotto, Ekaterina; Luna, Sofia Giuliana y Carbone, Gabriel.
Facultad de Ciencias de la Salud - Universidad Nacional de Entre Ríos.
Introducción
La Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de Entre Ríos, UNER incorporó estrategias lúdicas como prácticas educativas; jugando un papel preponderante como estrategia de enseñanza-aprendizaje.
Experiencias de este tipo se desarrollaron en el Área de Sexualidad, Genero y Reproducción a través del uso de crucigramas simples y mediante el juego Scrabble, en el Área de Introducción a las Especialidades Clínico-Quirúrgica.
Objetivos
Describir desde el Área Introducción a las Especialidades Clínico-Quirúrgicas como practica innovadora, el uso del juego Scrabble, sobre tema Donación, Procuración y trasplante de Órganos y Tejidos, el cual toca de cerca a la sociedad y al mundo.
Materiales y Métodos
Esta actividad forma parte de lo propuesto como práctica aplicada para valorar el conocimiento sobre la temática desarrollada. Se trabajó con la participación activa de 12 estudiantes del Área, coordinada por el equipo del Proyecto Cráneos, programa que utiliza como medio este juego de mesa que promueve la utilización de las capacidades cognitivas y de socialización, y el docente del área. La dinámica del taller se basó en la formación de dos grupos de seis integrantes cada uno, contando con un tablero cada 2 participantes, quienes jugaron una partida según las reglas y estrategias específicas del juego, previa explicación de las mismas. Las palabras a formar fueron claves de la temática. La evaluación de los alumnos se realizó durante el desarrollo y final de la partida, a través de una lista de cotejo que relacionó la dinámica de la participación, el desarrollo de la partida y el resultado de las palabras utilizadas; además de una autoevaluación de los alumnos por la propuesta educativa.
Resultados
A modo de apreciación, la dinámica del juego fue aumentando paulatinamente a medida que fue llevándose a cabo el taller.
Durante el desarrollo de la partida los estudiantes volcaron sus conocimientos previos a través de las palabras que fueron formándose a partir de letras aleatorias. Esto permitió incorporar la búsqueda y análisis de palabras y sus significados en este caso en la temática Donación, Procuración y Trasplante de Órganos y Tejidos; permitiendo momentos de debate y reflexión sobre la temática.
Conclusiones
A modo de conclusión, lo que se espera es promover la concientización del significado de las palabras como herramienta de comunicación y estimular la participación y la interacción, logrando un espacio social educativo y creativo que facilite el proceso de enseñanza-aprendizaje en todos sus estadios. Práctica que podrá ser extensiva al resto de las áreas de la carrera.
martes, 16 de octubre de 2018
lunes, 15 de octubre de 2018
El scrabble: un deporte de mente, estrategia y solidaridad
14/10/2018 | 06:30 |
Más de 25 bahienses se reúnen desde 2013 en torno a una pasión: un juego de mesa creado en Estados Unidos hace casi 80 años.
Emmanuel Briane-LaNueva.
Laura Gregorietti / lgregorietti@lanueva.com
Nacido en Nueva York a principios de la histórica depresión de los años treinta, el scrabble se ha convertido en el juego de palabras cruzadas más popular del mundo.
"Con el tiempo, fue transformándose en un juego de estrategia que se practica en más de 31 idiomas y además, tiene la característica de la estrategia, por lo que permite desarrollar el aspecto matemático y convertirse en algo competitivo. Hoy el scrabble está incluido dentro de los deportes de la mente junto con el ajedrez y el backgamon", contó Luis Carestía, miembro del Club de Scrabble Bahía Blanca.
Según cuenta, por tratarse de un juego de palabras, lo fundamental pasa por ser capaz de anagramar, es decir, mezclar las letras que están en cada atril para descubrir palabras en español.
En 2013, junto con otros fanáticos del juego como Adrián Balajovsky, Fernando Rey Saravia, Mariana Marinángeli y Mariana Dennehy fundaron el Club de Scrabble Bahía Blanca y empezaron a hacer torneos una vez por mes, a participar de actividades y torneos que se hacen en otras ciudades, especialmente en Buenos Aires.
"En 2014, como parte de los torneos que hemos tomado parte, tuve la oportunidad de clasificarme para jugar un torneo mundial en La Habana, Cuba. Desde ese momento hemos ido creciendo muchísimo como club, y en la actualidad nos juntamos una vez por mes y hemos organizado una especie de carrera local que nos permite clasificarnos para los distintos torneos que se hacen a nivel nacional e internacional. Este año vamos a participar en el torneo internacional que se hace desde el 5 de noviembre en Playa del Carmen, México".
Además, la solidaridad
"Una actividad que hemos ido desarrollando de forma paralela es el trabajo con adultos mayores, ya que el scrabble como deporte de la mente tiene un gran potencial para ayudar en problemas cognitivos. Por eso estamos trabajando en 7 centros de jubilados de la ciudad con no menos de 50-60 personas, una actividad que nos permite darle una proyección social y en el campo de la docencia a nuestro club", argumentó.
Hoy domingo culminará el torneo abierto de jugadores que llegaron para participar de este encuentro desde Entre Ríos, Santa Fe, Rosario y Buenos Aires.
"Un torneo 13 rondas que se realizó en la sala Payró del Teatro Municipal, que nos ha cedido la sala de manera gratuita, y que contó con el aval del gobierno local que declaró el evento de interés municipal".
A modo de preparativo para el mundial -agregó- en el Histórico Café Museo de Colón en Italia se armaron partidos coordinados por Claudia Amaral, quien fue la precursora de los talleres de adultos mayores y es una gran jugadora de scrabble desde hace veinte años, campeona mundial en 2007 en Panamá, 3 veces subcampeona mundial y 3 veces campeona nacional, quien de una manera generosa y sencilla se brindó a la gente mayor", concluyó.
Tomado de: La Nueva
domingo, 14 de octubre de 2018
Taller en Bahía Blanca
Un taller es una experiencia para compartir con personas que le gustan las letras, buscar esa palabra que creemos imposible de encontrar en el atril, y volvernos capaces de recordar, anagramar y colocar en el tablero.
viernes, 12 de octubre de 2018
Promoviendo el Scrabble
Esto es lo que hacemos en Proyectos Cráneos, promovemos el juego, te damos la oportunidad de disfrutarlo, aprender y ejercitar la mente mientras lo practicas.
En este proceso nos juntamos todos, pues cada uno coloca su grano de arena, para que esta familia scrabble siga creciendo.
miércoles, 10 de octubre de 2018
martes, 9 de octubre de 2018
jueves, 4 de octubre de 2018
miércoles, 3 de octubre de 2018
Cruzada por las palabras
Actual campeona nacional y ex campeona mundial de scrabble,
impulsa una iniciativa para incorporar al juego como parte del sistema
educativo. Pasión y método de un divertimento en el que el vocabulario es
estrella.
Por Ariel Cukierkorn – Fotos: Juan Carlos Casas
En la primera película de la saga de Matrix, la historia
llega a un momento culminante cuando el protagonista (Keanu Reeves), empieza a
ver la vida a través de letras y números verdes que caen sobre un fondo negro:
se da cuenta de que es El Elegido. En la vida real, hay gente cuya primera
imagen mental también es un tablero imaginario, pero colorido y apenas
tridimensional, cargado de palabras cruzadas que tienen sentido en nuestro
idioma, muchas de ellas ignoradas en el uso cotidiano. Son los que eligieron
jugar al Scrabble.
Para Claudia Amaral, el término “juego” hace rato resulta
insuficiente para definir su relación con el Scrabble Como tantos argentinos
desde la década del 70, la encontró como la actividad lúdica ideal para
sobrellevar los meses de un embarazo paralelo junto con una amiga, hasta que su
pasión y su destreza para ganar puntos usando la amplitud del diccionario la
hicieron ir por más. El primer paso fue probarse en los circuitos oficiales: en
15 años de carrera acumuló tres campeonatos nacionales (1998, 2003 y 2010) e
incluso un título mundial de habla hispana, en 2009, en Panamá. Lejos de
dormirse en los laureles, el siguiente paso consistió en compartir su saber, en
talleres barriales, en acciones apoyadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires (ver cuadro) y más recientemente a través de la publicación de un dvd que
sirve como recurso intensivo para iniciarse en el juego. El tercer paso es un
proyecto en pleno proceso: que el Scrabble tome el lugar de su trabajo en
tiempo completo (en la actualidad se gana la vida como reflexóloga y profesora
de educación física) y sea aceptada como un recurso del sistema educativo
argentino.
“Hasta ahora conseguí instalarlo en el área de Cultura de la
Ciudad, un avance. Hay mucho preconcepto con el Scrabble, se cree que es sólo
para gente vieja. Tuve experiencia en institutos, centros sociales, colonias, y
hay que ver el efecto que tiene en chicos entre 7 y 14 años, incluso los que
por distintos motivos no pueden asistir a la escuela todo el tiempo necesario.
Su vínculo con la palabra es maravilloso. Impulsados por el juego, empiezan a
buscar más palabras, adquieren cultura general y desde ya que todo lo que se
habla se puede escribir. Por eso lo veo como una alternativa pedagógica para
tener muy en cuenta”, se explaya, en su casa en el barrio porteño de Palermo,
mientras acomoda las piezas de uno de sus cinco tableros personales.
En términos físicos, conceptuales y dinámicos, lo único que
ha cambiado en las últimas décadas respecto del Scrabble creado en 1948 es que
las 100 fichas/letras de la edición en español se amplió en vocales (44),
incorporó la Ñ, la CH, LL y la RR y eliminó la K y la W, de muy limitada
aplicación en nuestro idioma. Cada letra tiene un valor que se acrecienta según
su dificultad de uso y el puntaje, que se obtiene de la suma de las letras de
una palabra que se despliega sobre el tablero, tiene bonus si se usan las siete
piezas que le corresponden por turno a cada jugador (a esta jugada se le llama
Scrabble) y/o si la palabra cae en esos providenciales casilleros de distintos
colores, que duplican o triplican letra o palabra. A partir de allí, se abren
un mundo en el que participan la pericia, el azar, el vocabulario y la
paciencia mental.
Incluso después de haber conseguido varios campeonatos,
Amaral hace una diferenciación de géneros a la hora de encarar el juego. “Estoy
convencida de que los hombres tienen mayor capacidad de abstracción. Nosotras,
empezamos a pensar en el pelo, la ropa que nos vamos a comprar mañana… es
inevitable. Los días de torneo, hay que hacer un esfuerzo enorme, tiene que
correr agua por las venas. Más allá de eso, cada uno tiene su estilo. A mí me
dicen que yo juego en una escuela “amaralista”, pero no sé si es para tanto. Sé
que tiendo al juego cerrado, que las palabras se concentren en el medio del
tablero, mucho vocabulario corto. Y mi letra preferida es la J, vale 8 puntos,
es hermosa”, revela.
El Scrabble involucra la vista, las manos y a veces hasta
cierta postura corporal poco recomendable, pero cuando se trata de competir de
manera oficial también provoca ese sudor frío tan típico del ajedrez. “La única
vez que no lloré en el medio de un torneo fue en el último Mundial en Costa
Rica”, confiesa Amaral. Según los resultados, un torneo implica cuatro días con
seis partidas de 25 minutos cada uno. Un monitor hace las veces de juez,
controla el reloj y tiene la facultad de penalizar a un jugador por faltas de
ortografía. Para ello, consulta a través de su celular al Lexicón que incluye
las 260.000 palabras habilitadas.
Como ocurre con los torneos de póker, los campeonatos
mundiales en español se juegan muchas veces en locaciones paradisíacas de
Panamá, España, México o Colombia, en ocasiones incluso en balcones con vista
al mar, con abruptos huracanes que vuelan piezas y tableros. Amaral dice que,
como en el célebre juego de cartas, existe el “bluffing”, esa especie de
simulación gestual para no develar sus piezas o intenciones. Pero, claro, los
premios en dinero están a la distancia sideral. Durante una época, Mattel, la
empresa estadounidense que tiene la licencia del juego, decidió apoyar el
campeonato mundial. En 2003 llegó a trasladar a todos los participantes en
avión hacia Xcaret, México, y a establecer un primer premio de U$S 7.500. Sin
su presencia, el estímulo bajó a poco más de la mitad.
Ecuaciones con letras. De más está decir que no es la plata
lo que mueve a los jugadores de Scrabble, sino una necesidad impulsiva de
resolver problemas con palabras, que en algunos casos alcanza ciertas
patologías rayanas a la locura. “Como muchos, usé los crucigramas como un
entrenamiento. Ya no me seduce, la considero una instancia inferior. De hecho,
prefiero jugar contra mí misma, sé que a veces estoy medio chapa (risas). Soy
de analizar mucho el diccionario, de hacer listas de palabras, incluso de
despertarme a las 6 de la mañana después de una partida perdida, gritando: “¡La
palabra era Aceitada!”. Soy muy consciente de que muchas veces se transforma en
una adicción”, reflexiona Amaral.
Pero ella no es la única en reconocerse en comportamientos
inverosímiles. Existen campeones que se hacen grabar cds con palabras y
anagramas para escuchar durante un viaje por la ruta y hasta el caso de un
físico que sufrió un aneurisma y que tras tres años recuperó la memoria gracias
al Scrabble, aun con medio cerebro”. “Es una bestia, un diccionario con
piernas. Después de ganar un torneo se lo dedicó al médico que le había
prohibido hacer esfuerzos mentales. Se bajó del estrado y empezó a preguntar
cuál era su habitación, porque lo que no había podido recuperar era la memoria
de corto plazo…”, relata Amaral.
Más allá de estos casos extremos, la campeona argentina
tiene muy claro lo que representa el juego para su historia y autoestima: “Me dio
la posibilidad de sentir reconocimiento en una actividad, de poder destacarme.
Pero, sobre todo, de sentirme capaz”. Es por ese carril por el que pasa su
ilusión de que cada vez más chicos vuelvan a jugar y experimentar con el
Scrabble en la vida real.
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